Presentación

Un mapeo de libros orgánicos

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El 26 de agosto presentamos “El libro en movimiento. La política autónoma y la ciudad letrada subterránea”, de Magalí Rabasa. Participaron Alejandro Schmied (Tren en Movimiento), Andrés Bracony (Tinta Limón), Marilina Winik (Hekht), Matías Reck (Milena Caserola) y Mina Lorena Navarro (Bajo Tierra). El intercambio dejó claves para pensar las prácticas del libro orgánico en un contexto de profesionalización que busca normativizar la práctica editorial. A continuación, un resumen de las ideas compartidas y el video completo.

Magalí Rabasa

Lo que me interesa es la conformación de redes. Llevaba muchos años acompañando al movimiento zapatista y esta idea de la política del encuentro transnacional con un gran componente de materialidad. Y eso es lo que me llevó a este trabajo: ¿Cuál es la materialidad que acompaña a estas redes y permite que se reproduzcan y persistan?

Siendo hija de un mexicano y una francesa nacida en Estados Unidos que estudió y trabajó en América Latina, y al no estar arraigada a ninguno de los contextos, pude pensar esta dinámica transnacional.

¿Cómo puede la investigación ser una práctica movilizada en una ética de solidaridad? Desde ahí pensé el libro. Sigo luchando siempre contra el hecho de ser una académica blanca del Norte. Cómo expropiar desde mí misma este privilegio, estos recursos. Sigo fallando en este esfuerzo, como ocurre con los libros orgánicos, en constante proceso de falla, pero vale la pena seguir intentándolo porque nos movilizan.

Mucho de lo que el libro planteaba como novedoso en la década pasada ya ha sido cooptado, institucionalizado. Cabe preguntarse entonces qué es lo experimental hoy.

Alejandro Schmied (Tren en Movimiento)

Magalí observó con asombro un saber social para armar una etnografía. El libro fue ampliamente metaforizado: como botella al mar, como territorio, como máquina, como valija, como patria portátil. Es un objeto, una práctica, una red de relaciones. El libro orgánico sería una estela, una corola de una flor que se abre en muchas formas y modos de hacer: de la edición artesanal al empresario de sí mismo. Producimos en tensión y torsión.

Mina Lorena Navarro (Bajo Tierra Ediciones)

Magalí ofrece un tiempo para hacer memoria, para recordar lo que hemos venido produciendo durante tantos años. El libro ayuda a fortalecer procesos internos, es un archivo vivo que nos regala un espejo, un mapa de nuestra historia. La idea de “libro orgánico” nos permite pensar un nosotrxs más amplio. Tiene también una interpelación hacia las editoriales autónomas: ¿Cómo vamos a gestionar en relación también con el dinero, con las lógicas mercantiles, con las racionalidades neoliberales? Hay una pregunta sobre la sostenibilidad, sobre cómo vamos jugando con esas tensiones y garantizando nuestra continuidad en el tiempo, negociando lo que hay que negociar y desbordando lo que hay que desbordar, construyendo estrategias barrocas, impuras.

Matías Reck (Milena Caserola)

Solo con el índice analítico se puede armar un neo-manifiesto (como fueron los de las vanguardias del siglo XX) donde se reactualiza la idea de anarquismo, autogestión y artesanado, agregando una pizca de rizoma, zapatismo y John Holloway. Son 20 años de hacer cosas juntos en una fábrica recuperada o en la Sociedad Rural Argentina. El libro de Magalí da un montón de conceptos y nos pone a charlar contra el fantasma de la uberización del libro.

Marilina Winik (Hekht)

El libro despliega una brújula que reubica la mirada sobre el campo editorial, colocando bajo el radar este tipo de prácticas que muchas veces parecieran no estar “a la altura” de este mainstream de gestión editorial profesionalizada.

En la escritura mestiza de la investigación social y cultural de Magalí también hay poesía, literatura, metáfora.

Magalí habla de una política salvaje, que excede los lugares estables de la política gubernamental, para ocupar los no lugares, la política del sótano, del underground. Me encanta porque nuestras políticas siempre estuvieron vinculadas a esos espacios donde no hay un Estado que regula y registra lo que queremos ser / hacer.

Andrés Bracony (Tinta Limón)

El libro tiene el efecto de reunirnos, de mostrar una red que sigue vigente. Esto implica suspender que somos personas o individuos.

Este libro se construyó en paralelo a un proceso en que la derecha argentina fue absolutamente explícita en su objetivo de vaciar las calles, normativizar el uso del espacio público. Al punto tal que hoy, si se quiere hacer una actividad pública callejera como era la Feria del Libro Independiente, solo puede realizarla el Gobierno de la Ciudad o un actor financiado plenamente por él. Es un proceso que excede al universo editorial. En este sentido el libro de Magalí es absolutamente actual.

El asunto no es tener una fidelidad abstracta con buenos principios, sino tener iniciativas concretas que desestabilicen nuestros proyectos. Para eso no hay que tener pudor de participar del mundo comercial o a la hora de poner un precio. Es decir: todos nos hemos profesionalizado en los últimos años, pero el fondo de crisis no desaparece.

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INVITACIÓN DE LA AUTORA A LA LECTURA

RESEÑA DE EZEQUIEL GATTO

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